Todo comenzó cuando se unieron un programador, un emprendedor y un zootecnista. Pero la historia empieza con Edwin Orozco, un zootecnista que trabajó por más de 35 años en el Ministerio de Agricultura y Ganadería de Costa Rica, quien al pensionarse pasó de ser un funcionario público a un ganadero tiempo completo, ya que se dedicó a dirigir la finca familiar de los Orozco. A pesar de su amplia experiencia y vastos conocimientos en zootecnia, tenía una necesidad y era que no podía aprovechar todo su conocimiento al instante en la ganadería. Porque se topó con una limitante que la mayoría de productores viven, y es que no podía tomar decisiones en el momento basándose en información, a pesar de que tenía todos los datos en papel y el conocimiento necesario para tomar buenas decisiones, no tenía los datos a mano de manera ordenada. Les cuento un poco cómo era el proceso que Edwin tenía antes en la finca: él llevaba un método con el cual sus colaboradores en finca documentaban todo lo que hacían en hojas de papel y libretas que iban acumulando en sus casas hasta que llegaba Edwin para recoger los papeles e introducir esa información en la computadora para generar reportes. Después de todo ese trabajo, procedía a tomar decisiones basadas en información, eso sí, en datos que ya tenían varios días de antigüedad. Por otro lado, estábamos José Ricardo Orozco, el programador, y yo, Gabriel Orozco, el emprendedor, trabajando juntos creando y diseñando tecnología para otras empresas. Edwin se acerca primero a José Ricardo, quien ya había estado invirtiendo en la finca y es un apasionado de la ganadería. Juntos desarrollan la idea de InnoBovino, una app con la cual van a poder gestionar su ganadería de manera remota con datos al día y les generará reportes con los cuales podrán tomar decisiones informadas en el momento. José Ricardo aprovecha que estamos terminando un proyecto de página web para bienes raíces y, antes de que agarremos otro proyecto, me cuenta la idea que tiene con Edwin. Al yo escuchar la idea por primera vez, quedé un poco escéptico y con muchas dudas, pero con curiosidad. Edwin, con su amplia red de contactos en el sector ganadero, logra conseguirnos reuniones con varias personas expertas en ganadería. Y fue en estas primeras reuniones donde yo me convencí de que InnoBovino solucionaría una verdadera necesidad y que apoyaríamos a miles de ganaderías a ser más rentables y sostenibles. Ya con el equipo listo para la acción, nos faltaba solo cubrir un pequeño detalle: ¿de dónde íbamos a sacar el dinero para hacer posible esta idea y convertirla en realidad? Vimos que el CATIE tenía a concurso unos fondos no reembolsables para hacer un prototipo de una idea, decidimos participar y, como siempre dice José Ricardo, nosotros vamos a ganar, no a participar, y así ganamos nuestra primera competencia y logramos financiar el prototipo de InnoBovino en 2021. Si quieres saber más, suscríbete a nuestro blog para la segunda parte.
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